06 agosto, 2012

Creo que lo que voy a escribir ahora mismo va a estar lleno de incongruencias, pero que se puede esperar a estas horas. Solo sé que me acabo de despertar y que tengo la necesidad imperiosa de contar algo. No quiero dejarlo como hago siempre y luego arrepentirme de no escribirlo.
He vuelto a soñar con él. No debiera, pero ¿como podría controlarlo?. Es imposible. Y creo que en el fondo no quiero controlarlo.
Me invade una sensación muy extraña de estar sintiendo lo que no debo, pero que sí que me gusta sentir. Y por eso mismo está mal.
Mal porque todo lo que he estado diciendo de que él ya estaba pasado es mentira. Mal porque sé que él está en una situación vulnerable y significa que puedo hacerle, o hacernos, mucho más daño.
Pero que alguien me enseñe a no sentir lo que siento, porque le estaría muy agradecida.
Aunque sentir esto es tan bonito que en el fondo no quiero que se acabe. Soñar con él me da tanta paz, y me hace entrar en un mundo que no es real pero que me devuelve la ilusión que había arrinconado en el fondo de mi alma.
Pero no se lo voy a decir, no quiero asustarle otra vez. Quiero que esta vez todo fluya tranquilamente, y si no va por el camino que yo quiero, que al menos me queden mis sueños.
Y me asusta mucho también, para que negarlo, porque que algo que dolió y que intenté apartar de mi vida vuelva de esta manera, arrollando mis sentimientos, da mucho miedo. No es plato de gusto sufrir dos veces por el mismo motivo.
Pero los sueños son sueños y hay que disfrutarlos.
Así que a estas horas, y con esta empanada mental, voy a volver a dormir, a ver si con suerte engancho el sueño donde lo dejé, que aparte de bonito se estaba poniendo interesante.