07 julio, 2014

Cumpleaños

Cumplir años es algo fabuloso. Lo malo sería no cumplirlos. Así que yo lo celebro como se merece, siendo feliz, sonriendo y sobre todo agradeciendo.
Y me encanta comprobar lo que me quieren los míos, mi familia y mis amigos de verdad.
Porque es muy curioso como te das cuenta de como funciona el mundo a tu alrededor. Son muchos los que te felicitan, desde primeras horas de la mañana, pero siempre he sabido diferenciar a la gente que lo hace con el corazón y los que lo hacen por quedar bien.
Los que lo hacen con el cariño parece que te dan un poquito de buen rollo, de energía positiva y te dejan con una sensación muy agradable en el cuerpo. Porque notas lo que te quieren en cada cosa que te dicen, incluso en esa frase típica de "te estas haciendo mayor...". Luego están los que lo hacen porque se lo recuerda la agenda, las redes sociales o lo que sea, y esos, aunque notas que lo hacen con cariño, no es lo mismo. La diferencia no es algo tangible, pero se nota. Notar un aprecio, puede, pero nada más. Aunque el hecho de perder unos minutos o incluso segundos de su tiempo en felicitarte los hace igual de valiosos. Todo el tiempo lo es.
Pero el simple hecho de que la gente se acuerde de ti en tu día es algo muy bonito. Un día que solo es especial para ti se convierte en una gran fiesta para otros, aunque la celebración no tenga que ser necesariamente con globos, velas y tarta. Es alegría compartida con otra gente que está en tu vida.
También están los que no se acuerdan. Con esa parte también cuento siempre y en ellos también hay varios tipos. Los que simplemente se despistan y te felicitan al día siguiente pidiendo perdón, y que sonries ante sus miles de disculpas porque sabes que cada uno tiene su vida y sus quehaceres, y que se te pase es lo más normal del mundo.
Pero están los que no felicitan porque no le dan importancia, porque total es un día más. Pero luego en el fondo les encanta que tu te acuerdes de su día, que tengas un detalle y que les felicites. Esos son los menos, pero los hay. Más de los que quisiera y algunos incluso con los que no contaba. Pero en esos prefiero no pensar.
Hoy es mi cumpleaños y soy feliz. Y lo soy porque los que me quieren de verdad y a los que les importo me lo demuestran no solo hoy, si no todos los días.
No necesito felicitaciones,  pero eso no significa que no las espere con ilusión.