30 junio, 2010

...

...

Mi único dialogo en el día de hoy:
-Que te pasa???
-La vida es lo que me pasa.
Y a eso me respondió el silencio. Será que es verdad.

28 junio, 2010

Recuerdos

Me parece que lo más valioso que puede tener una persona son sus recuerdos. Las cosas materiales van y vienen, y a la larga realmente tampoco son tan importantes.
Los recuerdos te pueden traer una sonrisa a la cara cuando te recreas en ellos, sobre todo si son buenos. Te llevan de vuelta a sitios y momentos especiales, y te hacen acordar de que son esos instantes donde reside la verdadera felicidad.
Una vez una persona que conocí me dijo que recordar era la mayor pérdida de tiempo que existía, porque mientras recuerdas te olvidas de vivir el presente. Aquello me hizo darle vueltas y vueltas a la cabeza durante mucho tiempo, porque algo de razón si que hay en esas palabras.
Yo tiendo a distraerme recordando las cosas buenas, sobre todo si ya no pasan, y me da miedo estar perdiéndome algo mientras tanto. No es que yo también crea que es una perdida de tiempo, pero reconozco que a veces no es algo demasiado positivo.
Hoy ha sido un día de recordar, de recordar mucho, y no ha sido en buen día. No se si es que al recordar me he dado cuenta de lo miserable que soy ahora y lo estúpida que fui por no darme cuenta de lo afortunada que era hace un tiempo.
El día no empezó mal, pero algo vino a mi cabeza de repente y todo cambió. No se si empecé por pensar en mi presente y me refugié en el pasado o si fue al revés. El caso es que he recreado todo un día en mi mente, hora por hora, suspirando cuando pensaba que en ese instante era feliz.
Creo que ha sido un error hacerlo, porque ahora estoy demasiado triste como para alegrarme por algo que ya pertenece al pasado. Pero por otro lado mientras lo hacía no era muy consciente de que eso pasaría.
De todas maneras no me compensa demasiado. Sigo valorando esos recuerdos como lo más importante de mi vida, pero no me hace ningún bien refugiarme en ellos como vía de escape.
Me he perdido todo el día de hoy, y eso no tiene vuelta atrás, ni me va a generar recuerdos en el futuro.
Definitivamente no me compensa.

26 junio, 2010

Un abracito, por favor

Tengo ganas de abrazos. Muchas ganas.
Estoy demasiado sola y tengo la gran gran gran suerte (se nota la ironía?) de que la poca gente que me rodea es del tipo "nomeabracesquemearrugaslaropa". Un desastre, vamos.
Y claro, se me acumulan las ganas hasta que se convierten en un antojo de los grandes. Y me pongo tonta, muuy tonta. La verdad es que es una sensación que no se muy bien como manejar.
Me resulta demasiado triste tener necesidad de contacto físico. Sobre todo porque yo soy de las que achucho demasiado, y me gusta tocar a la gente cuando hablo, pero como no a todo el mundo le gusta, pues la mitad de las veces que estoy con alguien tengo que reprimirme un poquito.
Esto es triste triste... joer, mejor ni pensarlo.
A ver si con el fin de semana me sonrie la suerte y me encuentro con uno de esos pocos amigos que me saludan con un fuerte abrazo. Y eso sí, al que pille no le voy a soltar en un buen rato, que con tanta carencia voy a tener que cargar las baterias con perspectivas de larga duración.
Me consuela pensar que algo más de una semana voy a mi tierra y allí con la excusa del reencuentro con la pandilla me liaré a dar abrazos a diestro y siniestro.
Que ganitas...

24 junio, 2010

San Juan

Dicen que en la noche de San Juan se purifica el alma.
Yo no se si será tanto como eso, pero esta noche he purificado un poquito mi mente, que falta me hacía.
He celebrado esta noche de meigas yo sola, como hace años, con una pequeña hoguera donde he quemado todos los malos pensamientos, las angustias, y todo lo que me estaba destrozando el alma.
Tiene algo curativo el fuego. No se exactamente que es, pero quedarme quieta mirándolo me relaja, tiene algo mágico, como la noche. Me imagino todas esas cosas que me hacen sufrir consumiendose entre las llamas, y el humo que desprende disipa en el aire su recuerdo. Es visualmente la mejor medicina contra el mal del corazón.
Luego me he quedado mirando el cielo, y aunque las nubes no me dejaban encontrar ninguna estrella sabía que estaban allí. Lo mismo que la luna, grande y única.
Hacía tiempo que no me acordaba de mi luna única. Será que me da pena acordarme de otras cosas, pero bueno, ese cuento se acabó.
Y así me he quedado, sentada en el suelo, tapada con una manta y viendo como terminaban de consumirse las cenizas de mi pequeña hoguera.
Lo bueno es que este año tenía una banda sonora muy especial. Aparte de oír las olas del mar a lo lejos y los árboles agitarse al son del viento, a pocos metros de mi casa la gente del pueblo se divertía con su hoguera en la plazoleta, y sus risas me contagiaban de felicidad y ganas de reír también. Ha sido mi otra medicina.
Y he salido de casa a rodearme de gente que conozco de toda la vida, a reírme cantando, a jugar con los niños que veo cada día correteando por los caminos.
Estas son las cosas que tengo que recordar cuando no me sienta bien. Que siempre hay alguien dispuesto a ofrecerte una sonrisa y darte un abrazo cuando lo necesitas aunque ellos no lo sepan en realidad.
Supongo que es cierto que algo de mágica tiene esta noche.

22 junio, 2010

No puedo dormir

No puedo dormir. No puedo focalizar nada de mi futuro.
Con lo fácil que parecía todo hace un año. Con lo bonito que estaba siendo mi vida entonces. Tenía un sueño, una ilusión, mis ojos estaban llenos de esperanza y todo me parecía posible. Realmente todo era posible hace un año.
Y ahora que?
Ahora solo tengo la nada, como pasaba en La Historia Interminable, donde la Nada absorbía todo a su alrededor, la felicidad, la vida, los sueños, las ilusiones... la fantasía.
Un año.
Me sentía tan dueña de mi misma. Me faltaba valor para hacer las cosas, pero aún así sabía que yo decidía lo que pasaba. Ya nada es como entonces, a veces creo que sí, pero en el fondo soy consciente de que no es así, de que siempre llego tarde, de que decido tarde, de que todo ya pasó de largo cuando llego yo.
Es tan frustrante esta sensación porque no la puedo dominar, porque como todo en mi vida no está bajo mi control y ha llegado el momento en el que ya no puedo seguir más así.
Se que mañana volveré a sonreír y que nadie notará en mi cara que he llorado, ni en mi voz que no estoy bien. Y mi vida seguirá como hasta hoy.
Con suerte lo mismo dentro de un año la perspectiva es diferente y estaré bien de verdad. Quien sabe...
Habrá que esperar otro año para comprobarlo.
Demasiado tiempo.

21 junio, 2010

Sola, muy sola

Llevo un par de días con la sensación de tener el corazón encogido. No es por nada en particular, o sí, la verdad es que no lo se.
Debe ser la ausencia de señales que me recuerden que voy en el camino correcto. Esas pequeñas cosas que me hacen seguir adelante por muy loca que sea la idea. Estoy ligeramente triste, un poco nostálgica y muy angustiada. Me pregunto mil veces a lo largo del día si estoy haciendo lo que debo, y un silencio tremendo es lo único que recibo por respuesta. Y me asusta.
Parece que por segundos se me arruga el alma. Y aunque intento estirarme y mirar al frente, al instante vuelvo a hacerme un ovillo y me siento demasiado sola.
Después de todo es como estoy... sola.
Sola ante un futuro incierto, sola con un montón de amor que no tiene dueño, porque no tengo a nadie que me escuche las mil tonterías que digo o que se ría de mis ocurrencias y de mis planes.
Me niego a pensar que me estoy echando atrás antes incluso de empezar, pero no encuentro nada que me anime como antes. Ya no hay un montón de esas pequeñas cosas que me hagan tirar hacia delante.
Y no se que hacer ni donde buscar las ilusiones que se me van cayendo del corazón por el camino cada día. Lo malo es que las siento caer como pequeñas plumas que parecen no pesar, pero que me ayudaban a levantar el vuelo, y ahora sin ellas ya no se como volar.
Estoy sola, mirando al cielo buscando la manera de despegar del suelo. Y mientras tanto los demás están ahí arriba, volando con sus sueños.
Estoy sola y me arrugo.

12 junio, 2010

16 años

El tiempo sigue pasando sin pausa. Parece que fue ayer cuando hablaba de los 15 años que habían pasado y ahora ya hablo de los 16 años sin ti.
Pero te sigo queriendo como siempre y tu recuerdo no se irá jamás. Cada vez estoy más segura de que tu muerte nos separó en lo físico, pero nada más.
Esta noche pensaré en ti y lloraré como cada año tu ausencia, pero te llevo tan cerquita de mi corazón que se que estarás a mi lado siempre.
Te quiero mi vida, te echo de menos...

11 junio, 2010

Ya paso.

Hace unas semanas simplemente decía que te echaba de menos. Hoy aún siento exactamente lo mismo, pero añado algo más, que me da pena.
Me da pena tu dejadez y tu abandono. Tu absoluto pasotismo. Y se bien que no sólo es por mi. Digamos que has cambiado todas tus preferencias. Estás en todo tu derecho, por supuesto, pero por eso no deja de sorprenderme. Me pilló totalmente de sorpresa, aunque tenía que haberlo visto venir.
Quizás te conocía menos de lo que pensaba, o quizás te conozco más de lo que creo, pero el caso es que ya nada es igual. Ahora estás, ahora no. No hay quien te entienda, si es que eso es posible. Y yo ya paso de intentarlo. No tengo tiempo para eso. Y tu no quieres tener tiempo para explicarlo. Me da igual.
Me doy por vencida y desaparezco. Como dice una amiga mía: yo fui, tiempo pasado.
Que te vaya bien.
Y sabes que? retiro lo que dije hace tiempo... no me alegra, porque no puedo alegrarme de que esto esté pasando.

10 junio, 2010

Mirada

Necesito que me miren. Pero no que me miren como puede hacer cualquiera en cualquier momento. Quiero una mirada verdadera, una mirada transparente y espontánea.
Una mirada que me diga que alguien me quiere, que soy lo más importante del mundo.
Necesito una mirada que me llene de amor, que me haga sentir cómplice de una felicidad eterna.
Una mirada que exprese una necesidad imparable de estar a mi lado, de quererme. Una mirada que me enseñe un pequeño destello del dolor que siente cuando no me ve.
Necesito que me miren desde lo más profundo del corazón y no sólo con los ojos. Y que yo pueda ver en esa mirada el reflejo de mi alma gemela, de mi gran amor.
Necesito encontrarme con esa mirada antes de volverme completamente loca, antes de empezar a pensar que nada tiene sentido porque nada sale bien.
Necesito tanto que me necesiten.

07 junio, 2010

Efímera

Es genial poder hacer de vez en cuando cosas diferentes, cosas que me hagan no pensar en los mil y un problemas que tengo rondándome por la cabeza. Mis planes interminables, mis conflictos personales...
Ayer domingo pude hacer una pequeña excursión que llevaba soñando hacer muchísimo tiempo. Generalmente es complicado llegar a esta pequeña islita con visitas limitadas, que no es turística al uso, que no tiene playas de fina arena blanca y que en sus pocos metros cuadrados tiene muchísima historia acumulada.
Pero por fin ahí estaba yo ayer, y aunque pueda parecer una tontería me emocionó cumplir ese pequeño sueño. Fue una visita quizás demasiado corta, pero realmente muy intensa.
Ya he hablado miles de veces de mi pequeña obsesión con las piedras y de mi necesidad de tener siempre en mi bolsillo una. Está más que claro que una de las primeras cosas que pensé al llegar a la isla fue en buscar una pequeña piedrita para mi bolsillo. Creo que lo pensé incluso antes de subir al barco.
Normalmente la cosa funciona de la siguiente manera: no miro al suelo más que lo indispensable, disfruto de lo que esté viendo, tocando plantas y descubriendo cosas a mi alrededor. Pero si mi instinto me hace bajar la cabeza, entonces paro unos segundos y dedico esa fracción de tiempo a ver si a mi alrededor hay alguna piedra especial. Y no siempre es algo instantáneo que pasa tan rápido como yo quisiera, pero cuando al final la encuentro, o más bien me encuentra ella a mi, se que es única.
Ayer la encontré de esa forma, simplemente miré al suelo y allí estaba, desgastada y común desde el punto de vista de alguien que no ve más allá, pero me hizo reflexionar mucho.
Me hizo darme cuenta de lo efímera que resulta mi propia existencia. Por un instante pensé en esa piedra con sus miles de años a sus espaldas, con tanto que habrá visto y vivido en esa pequeña isla. Pensé en todas las personas que podrían haberla tenido en sus manos, igual que la tenía yo en ese momento, en los sueños que rondaban las cabezas de todos ellos igual que yo tengo los mios en en la mía. Y al compararme con la piedrita fui consciente de lo pequeña, breve y fugaz que soy.
La piedra estaba aquí mucho antes que yo, está mientras yo esté y estará aquí mucho después de que yo desaparezca.
La excursión siguió, y de allí fuimos a otra isla, mucho más turística, con playas de arena blanca y fina, y con muchas otras cosas que aportarme, pero yo me pasé el resto del día con mi nueva piedra en la mano, tratando de imaginar su vida antes de que yo la recogiera del suelo, imaginándome a que sitios la llevaré mientras esté conmigo y donde estará después de mi paso por su existencia.
Que poquita cosa soy.

01 junio, 2010

Yo sola.

Se acabó el mes.... por fin.
Espero poder recuperar un poco mi vida, que la tenía un poco descuidada. Tanto trabajo y tantos preparativos me estaban empezando a pasar factura, física y mentalmente.
Por un momento he creído que echaría por tierra todos mis planes porque con el grado de agotamiento que arrastraba no me veía capaz de enfrentarme a lo que se me viene encima. No tenía la perspectiva correcta. Pero solo ha sido un tropezoncito de nada. Todo sigue en pie.
Este mes debería darle más caña al asunto porque que haya puesto una fecha tan a largo plazo me esta descuadrando un poco. Por un lado me impaciento y por otro me relajo porque me parece demasiado lejano.
Ya me veo a ultima hora toda acelerada porque se me queda algo atrás. Tendré que volver a ponerme horarios y plazos de entrega ficticios, a ver si espabilo un poco.
La verdad es que a medida que pasan los días voy pensando variaciones de los planes a ver si alguna me gusta más, pero aunque hay muchas cosas que me tientan aún no lo tengo claro del todo.
Hoy he vuelto a soltar la perla de mis planes a otra persona. Me hace gracia que todos se quedan algo soprendidos unos segundos, luego sonrían y me pregunten.... ¿tu sola?. Me hace gracia porque es como si te dijeran que necesitas a alguien para comer o respirar. Para ser feliz me necesito a mi solita y a nadie más. Los acompañamientos son bien recibidos, evidentemente, pero no indispensables. A estas alturas ya no.
Por un momento me hacen dudar, porque llevo demasiado tiempo haciéndolo todo acompañada, pero claro está que no era feliz y que necesitaba un cambio. Así que a cambiar yo sola y que sea lo que tenga que ser.