23 agosto, 2010

...

¿Como se vive una vida llena de nada?

20 agosto, 2010

Suerte

Por norma general la gente tiene pavor a ser un gafe. No es muy agradable traer mala suerte.
Yo por el contrario suelo traer buena suerte. Y aunque suene mal, lo odio. Me explico antes de que se malinterprete lo que digo.
A lo que me refiero es que transfiero la buena suerte que yo tengo a los demás y me quedo sin ella.
Y es un dilema. Puedo ser feliz por ver esa buena suerte en gente a quien quiero, o puedo amargarme porque esa suerte desaparece de mi vida. Y casi que quiero ser un poco egoísta, pero no me sale muy bien.
Es complicado, porque llevo fijándome en esto mucho tiempo, y resulta que es cierto. Tengo una crisis existencial y se lo cuento a alguien que está como yo. Al poco tiempo esa persona encuentra algo que da una vuelta a su vida y yo veo como la oportunidad me pasa rozando. Buscamos proyectos entre varios, todos aportamos ideas y todos encuentran uno que sale adelante menos yo. Creo que encuentro el amor con alguien y ese alguien se encuentra con el amor de su vida, o se decide por otra que no soy yo, o vuelve con su ex, pero yo me quedo fuera. Le explico a alguien como buscar una salida a un problema común y la otra persona sale y yo sigo dentro, más adentro que antes. Le cuento a cualquiera cual es mi plan de huida y a mi se me hunde el barco mientras a esa persona le ofrecen la misma salida que yo busco pero a la puerta de casa.
Y hasta ahora me alegraba, porque veo a toda esa gente que quiero y adoro felices, con esa suerte que no tenían. Pero cuando me dan las gracias por abrirles los ojos se me cae el mundo encima, porque tengo la sensación que para abrírselos a ellos los cierro yo. Les veo sonreír y sonrío con ellos pero mi sonrisa encierra mucha tristeza, demasiada.
No es que sea supersticiosa ni nada de eso, pero creo lo que veo, aunque tampoco me molesto mucho en buscar una razón a los acontecimientos.
Quizás no sea así, pero lo que está claro es que algo estoy haciendo mal si toda esa buena suerte que creo estar creando no la estoy creando para mi, si no para los demás.
No es algo tan malo cuando al menos uno va capeando el temporal, pero es que yo ahora mismo tengo la tormenta perfecta sobrevolando mi cabeza y yo también quiero tener algo bueno.
Yo que se... la verdad es que es demasiado tarde para entrar en estos razonamientos tan extraños.
Será la falta de sueño y el exceso de ideas lo que me hace tener el cerebro aturdido y ofuscado.
Será eso.

09 agosto, 2010

Pérdida

Estoy leyendo un libro muy bueno, "El mundo amarillo" de Albert Espinosa.
Habla de muchas cosas, de la vida más bien. Me encanta como se respira una forma de ver el mundo tan diferente. Tan como la mía.
Una de las muchas cosas de las que habla es de la pérdida. De cómo las pérdidas son buenas porque te dejan algo de lo que aprendes.
Lo malo es que según mi punto de vista enfrentarte a las pérdidas conlleva lo que se le suele llamar duelo. Pero el duelo es largo y te hace pasar por un montón de estados anímicos que no son demasiado fáciles.
Yo estoy ahora en plena pérdida. No es una pérdida de las más duras ni mucho menos, ni nada que no sepa que terminaré superando, pero aún así está siendo difícil.
Es para algunos una pérdida banal, pero para mi está siendo la pérdida que más me está costando. Supongo que confiaba en no tener que pasarla aún y enfrentarme a ella no era algo con lo que contara.
He perdido a alguien especial a quien no dejo de necesitar. Ese es el tema, pero antes de reconocerlo tan abiertamente he recorrido un camino largo, muy largo.
Pasé por la sorpresa de no saber que pasaba, la duda de si yo había hecho algo mal, el miedo a que eso fuese cierto, el enfado al ver que no era mi culpa, la decepción por las ilusiones perdidas, un nuevo enfado por sentirme engañada, la pena de ver que no tenía nada que hacer, asumir que le perdí y por último esta enorme soledad.
Y eso sin contar con la apatía que intermitentemente me invadía y que conseguía que dejase de hacer fotos, de escribir, que fuese borde y llorona.
Porque he llorado mucho en todas esas fases, con pena o con rabia, pero he llorado. Podía echarle la culpa a él, pero sería egoísta por mi parte. Yo era la que exteriorizaba así la angustia, y tengo que reconocer que muy mal tampoco viene.
Aún no he terminado con todo esto, porque yo considero que aún le necesito y él ha pasado página. Es su derecho y a eso me aferro, a que él hace lo correcto para seguir su vida. Yo ya no le aporto nada que necesite y no debo estar ahí molestando.
Ahora entiendo muchas cosas, aunque aún me quedan demasiadas cosas en el tintero. Pero está bien esta fase, porque veo que poco a poco todo se coloca en un nuevo sitio y me voy acostumbrando a él.
Solo pienso que después de esta pérdida me voy a enfrentar a otra más, que se que costará menos porque tenía que haberla empezado mucho antes y porque la empiezo yo.
Supongo que es lo de siempre, la gente entra y sale, va y viene.
Él salió de mi vida y yo me voy de la vida de otra persona. Ni tan mal.