30 noviembre, 2009

Frio, mucho frio.

El otro día hablaba de congelar el tiempo, y hoy la que está congelada soy yo con este tiempo.
Mimá!! El invierno me ha llegado de golpe y porrazo.
Lo de los temporales pasando por encima de mi casa es algo a lo que estoy bastante acostumbrada, ya no me asustan los vientos huracanados que lo mismo que vienen se van, ni esas tormentas que llegan de la nada y descargan tanta agua como para atascar alcantarillas. Eso es rutina por estas tierras.
Pero el frío de hoy ha sido tremendo. Y ese frío con tanta humedad como tenemos aquí, pues resulta muy duro. Durísimo, aunque suene exagerado. Esta mañana la niebla no me dejaba ver más allá de 5 metros, así que el aire era agua helada. Me dolía hasta la cara, y no cuento como tenía las manos porque ni siquiera las sentía.
Y yo que soy una friolera exagerada he empezado con mi ritual invernal. Me pongo tantas capas de ropa que me convierto en cebolla. Y varias capas son camisetas, jerseys, chaquetas y abrigo, y por supuesto rematando con guantes, gorro y bufanda. Vamos que no me dejo nada.
La verdad es que me he visto reflejada en el cristal del coche y me ha dado la risa. Ni diez años viviendo en lo más helado de Castilla habían conseguido que tuviera esa cara de frío. Ya perdí la costumbre de ver los termómetros a bajo cero.
Aquí duermo con calcetines y bien abrigadita debajo del edredón, intentando moverme lo menos posible para que no entre en la cama el frio de fuera.
Menos mal que entre las ventajas de vivir en el pueblo está la cocina de leña que aún conservamos en mi casa, y que mi madre amablemente enciende cada día. Y en cuanto entro por la puerta me arrimo a toda prisa intentando entrar en calor. Yo no sé como no me quemo el trasero de tanto como me acerco. Pero es que me encanta ese fuego que hace que desaparezca el frio en poco rato, es lo mejor del invierno.
Bueno, no. Tampoco es plan de mentir. Hay muchas formas de entrar en calor en invierno y que son mejores que esa. Mejores y más divertidas, las que pensais y otras. Desde una copichuela de licor café hasta acurrucarse con las mascotas, aunque a mi hoy me apetecía bastante una partidita de Tetris ;)
El que lo entienda que tome nota.


28 noviembre, 2009

Congelar el tiempo

Muchas veces desearía que el tiempo se congelase en cada uno de esos instantes mágicos que me alegran la vida.
Y son tan poquitos que cuando ocurren tan de vez en cuando aprieto muchísimo los ojos con fuerza durante unos segundos y me imagino lo que sería que durasen más de lo sé que van a durar. Lo malo es que al abrirlos me doy cuenta que pierdo el tiempo y me pongo a disfrutarlos como si cada uno de esos segundos fuese el ultimo y no se pudiesen repetir. Y generalmente no se repiten.
Luego solo me queda recordarlos cuando han pasado, pero como sé que los disfruté sonrío a pesar de la tristeza que me queda por no poderlos saborear otra vez.
Y sé que son momentos mágicos porque durante esos instantes no me acuerdo de todo lo demás, me olvido de mis penas y me invade una sensación de paz absoluta, como si hubiese llegado al destino. Aunque no tengo muy claro que destino será ese, supongo que el de la felicidad que tanto busco.
Y esa paz me dura bastante, e intento revivirla al recordarlos, aunque ya no es lo mismo. Lo que pasa es que a veces es algo que necesito hacer para evitar pensar en otras cosas.
Hoy llevo todo el día acordándome de un momento que es de los más bonitos que he vivido con alguien especial en mucho tiempo, y que intento recordar cada vez que no puedo dormir por la noche. La culpa es de una canción que he recordado de pronto y que me ha llevado atrás, hasta una noche muy especial.
Pienso en como fué en aquel momento y como sería estar de nuevo en esa situación ,y solo con imaginar esa posibilidad ya puedo dormir y soñar con ese alguien especial. Y duermo tranquila y pensándome acompañada.
No sé si será muy bueno dada mi situación actual, pero soñar es lo máximo a lo que puedo aspirar hoy por hoy. Y no es poco.


25 noviembre, 2009

sobre la marcha...

Yo no soy de hacer planes, nunca lo he sido. Mi frase favorita es "...sobre la marcha..." y toda la gente que de verdad me conoce lo sabe.
Ya conté una vez lo de mis impulsos, lo de querer hacer algo y hacerlo sin apenas pensar. Lo divertido que resulta no saber bien lo que te espera a lo largo del día. Ni que será lo que recuerdes de la jornada antes de quedarte dormido.
Me gusta la improvisación, me gusta que las cosas surjan, y no tener mi vida preparada.
Me gusta que mis amigos no sepan en que bar estoy tomándome una caña porque puedo estar en cualquiera de los que suelo ir. Me gusta ponerme tacones para salir un domingo y que a media tarde necesite urgentemente unas deportivas porque me voy a dar una vuelta por el monte.
Me gusta cambiar de aires. Las mudanzas siempre han tenido cierto encanto para mi. Es guardar tu vida en cajas, llegar a un sitio nuevo, reubicarlas y comenzar de nuevo. Sigue siendo tu vida, tus cosas, pero en otro lugar.
Pero ahora por cosas que no vienen a cuento estoy metida en un bucle del que no se salir. Mi vida esta preestablecida. Se lo que voy a hacer hoy, mañana, la semana que viene....
Se que el sábado me tomare un cafecito del otro lado del río, cenaré en la bocatería de siempre y me beberé una caña en el mismo bar que las ultimas semanas, que el domingo haré exactamente lo mismo y que el lunes empezaré de nuevo la rutina.
Creo que va siendo hora de volver a ser yo y desprogramar mi vida.

21 noviembre, 2009

Resaca...

Hoy estoy de resaca, y de resaca de la buena. No de esas en las que te despiertas con la cabeza dolorida, los oídos zumbando y tan solo deseas no haber salido el día anterior, si no más bien una resaca de buen rollo, de ganas de mucho más.
Anoche fui a un concierto. Un concierto de un grupo amigos mios que empieza a despuntar un poco, que llevan muchos años trabajando, y que como se arriesgan mucho, pues a veces ganan algo. Anoche disfruté muchísimo, porque me lo pasé genial escuchándoles y porque vi a un montón de gente del publico volcándose con ellos y eso es lo mejor que a ellos les puede pasar. Y disfruté porque les vi felices, porque estaban haciendo lo que de verdad les gusta y porque son momentos que estoy segura que no olvidaran. Y yo estaba allí compartiendo eso con ellos. Yo y 350 amigos más. Porque se ganaron al público y nadie salió de allí sin considerarse un poquito más amigo de ellos.
Y lo hicieron posible por eso mismo, porque estos chicos son amigos que hacen y tienen amigos de verdad, de los que te echan una mano en un momento como el de ayer, cuando la mayoría de la gente que trabajó con ellos lo hizo por ayudarles a conseguir que todo fuese perfecto. Gente que afinó guitarras, que cantó con ellos, que les ofreció mejores instrumentos, que les hizo fotos, que grabó las imagenes, que les dió apoyo cuando días antes los nervios empezaron a hacerles flaquear.
Supongo que ellos guardan en su retina al publico botando al ritmo de la música, aplaudiendo y cantando todas sus canciones, pero yo guardo en mi retina sus caras de felicidad, su sonrisa agradecida y el brillo en los ojos de los sueños cumplidos. Se abría ante ellos las puertas de una ilusión que hace realidad a pasitos pequeños pero firmes.
Y se lo merecen. Y se merecen todo lo que está por llegar que será mucho.
No es que lo diga yo, es que es un hecho.


18 noviembre, 2009

Una de hiperactividad...

Pues resulta que aparte de tropezón fácil también soy de escritura fácil.... y hoy tengo el día parlanchín.
Más bien tengo el día hiperactivo. El miércoles tiene una de esas escasas tardes en las que acabo relativamente pronto de trabajar por la tarde y puedo hacer otras cosas. Normalmente aprovecho para hacer cosas en el ordenador, arreglando fotos, enviando mails, y si tengo un ratito escribo alguna carta o sigo buscando palabras a mis cuentos inacabados.
Pues hoy me ha dado por algo nuevo. Hoy he decidido aprender a hacer bolillos.... si, si, encaje de bolillos. Esas labores que hacía mi bisabuela, que apenas hace la gente joven y que acabará siendo una de esas cosas que se pierden en el tiempo. Desgraciadamente.
Para mi sorpresa resulta que es mecánico, y con un sonido relajante. Supongo que a la larga será prejudicial para mi espalda... pero me ha enamorado.
Como hace años me enamoró el punto de cruz, o el repujado de estaño o la restauración de muebles. Solo que esto me parece que debo aprenderlo, para que tarde más en perderse la tradición.
Y mientras empiezo a liar hilos, a equivocarme con los cruces de los bolillos me he puesto a escuchar la radio, que es una de las pocas cosas que no te distraen de la labor. Hacía siglos que no me paraba a escucharla. Y resulta que he dado con una emisora que me ha sorprendido. Solo hablan en ingles, pero con un toque didáctico. Y como hace un montón que no hablo ingles he pensado que no estaría mal escuchar un poco. Para recuperar el oído.
Porque lo he perdido bastante. Suelo ver la mayoría de las películas en versión original, porque así se captan los matices que se pierden en el doblaje, pero normalmente aprendo poco, porque me quedo con la esencia de la peli y me olvido de muchos términos que no entiendo.
Antes, bueno hace años más bien, al llegar a casa los sábados por la noche me ponía la tele porque a esas horas siempre había alguna película en versión original subtitulada y terminaba dormida en el sofá. Pero aquello me educó muchísimo el oído y no perdí nada de mi ingles mientras mantuve la costumbre. Lo malo es que las costumbres cambian y perdí esa facilidad para expresarme y entender el ingles, y la facilidad para dormirme en el sofá.
Lo mismo ahora gracias a los bolillos vuelvo a hablar ingles.... vivan las antiguas tradiciones!
See you later!!!

Soledad... y vacío

Lo más triste del mundo es sentirte solo cuando estas rodeado de gente porque añoras a la única persona que necesitas y que no está. Si esa ausencia es porque no queda de otra, pase, pero cuando es porque esa persona no quiere estar, entonces el dolor es abismal.
Es un vacío que no tiene limites, que se clava y que te consume. Y lo peor es que no ves una solución. Lo llenas de cosas banales intentando ocultar eso que tanto pesa, y sin embargo cada vez pesa más y más. Buscas cobijo en nuevas aficiones, nuevos intentos de ocupar tu tiempo y lo único que consigues es hacer más cosas pensando igual en ello.
Ya he pasado por eso varias veces y me da miedo volver a necesitar tanto a alguien. Porque son heridas que no curan. Son cicatrices que marcan tu forma de ser, de relacionarte, de vivir.
Y lo peor es que no te enseñan a no caer en lo mismo. Tengo tendencia a caer una y otra vez en la misma situación.
Será que soy de tropezón fácil.

15 noviembre, 2009

Yo escribo...

No tengo muy claro desde que momento escribo con asiduidad. Me perece que desde que empecé mi primer diario allá cuando tenia unos 12 o 13 años. Ya antes escribía, pero no como una rutina, no como una necesidad. Pero desde esos 12 años se ha convertido en mi vida. Y creo que desde entonces no he parado.
Hoy he leído en un suplemento dominical un articulo que hablaba de los que escribimos. Decía que es una forma de ver la vida, o más bien, que es una forma de vida.
Al principio mi diario era como una especie de cuaderno de bitácora (así lo he llamado en realidad siempre) en el que tomaba nota de todos los avatares de mi vida y de lo que yo sentía con ellos. Y era algo que hacía a diario como una obligación que me ponía yo. Como si supiese que llegaría un momento que agradecería aquella costumbre.
Después seguí con mis opiniones sobre lo que pasa a mi alrededor, noticias, el mundo en general. Y al final pase a los cuentos. Cuentos que regalo o cuentos que escondo porque son solo para mi. Y por fin el blog. Este medio extraño y anónimo que me deja expresarme al mundo con una cortina por delante. Como soltar palabras al universo.
Con los años ha sido mi mejor forma de escape, mi única formula para evadirme. Me conozco mejor, me analizo y aprendo de mis propias reacciones. Yo no necesito psicoanalista ¿para que?. Nadie mejor que yo va a saber ver lo que siento cuando escribo de tal o cual manera, lo que me pasa cuando no escribo o cuando escribo compulsivamente. Solo es cuestión de que pasen unos días desde que lo escribo hasta que lo releo y entonces me entiendo.
La mayoría de los escritores escriben para el lector, tienen en cuenta lo que se espera de ellos, pero yo por norma general no hago eso. Soy bastante más egoísta y escribo primero para mi. Me tiene que gustar a mi. Jamás escribiré un cuento que no quisiera leer yo, ni daré una opinión que no sienta de verdad, por mucho que le guste escucharlo a otra persona.
Y no me imagino un futuro en el que no pueda escribir o simplemente que no quiera hacerlo porque pase lo que pase es algo que forma parte de mi.
Porque yo soy lo que escribo.

14 noviembre, 2009

Te quiero

Pues eso. Que no se te olvide.

13 noviembre, 2009

Gris

El gris es un color que combinado con otros me encanta, sobre todo en la ropa, pero si está solo como que me deprime un poco.
Y hoy tengo un día gris. Y solo hablo con personas grises. Así que mis pensamientos hoy son grises... muy grises.
En ese trabajo gris que me da para ganar dinero estoy rodeada de personas grises que me dejan agotada mentalmente por sus simplezas. Es de ese tipo de gente que me hace ruido, y no literalmente ruido, que también, si no más bien que me sobran para poder estar tranquila y a mi rollo.
Y mi situación personal tampoco es para echar cohetes. Digamos que la mediocridad de mi vida hace que esta también sea gris. Quiero algo mejor para mi, aunque creo que eso es algo que quiere la gran mayoría de la gente. La que no es gris me refiero.
Me faltan cosas que me den color, que me alegren el alma, la vida o lo que sea. Quiero un arco iris para mi. Que me haga reír y soñar.
Y como el tiempo no acompaña, pues ni el color ni el calor del sol me animan. Se que está ahí, detrás de tanta lluvia, de tanto viento y de tantas nubes, escondidito y asustado por tanto temporal.
Lo malo es que siempre guardo una sonrisa para los demás y así nunca se da cuenta nadie de que yo también necesito sonrisas, y ánimos, y palabras cariñosas, y besos, y abrazos. Yo reparto, pero de mi almacén particular y tengo la sensación de que estoy entrando en reserva.
Y para esto no hay gasolineras, no hay surtidores que me llenen el depósito de amor y alegría. Solo me lo podéis dar los demás. Pero me parece que no os dais cuenta de eso.

Buenos dias vida...

Buenos días vida... tu no me sonríes pero yo a ti sí.
Que esté triste no puede ser motivo para que lo demuestre a cada instante.
Porque puedo ser feliz sin estar alegre lo mismo que también puedo no ser feliz y mostrar alegría.

12 noviembre, 2009

De pura cepa...o casi

Lo bueno de vivir a una hora en coche de la urbe es que ese tiempo es bueno para reflexionar. Pero si ese camino lo haces acompañado es mucho mejor aun, porque las conversaciones son variadas y entretenidas y dan muchisimo juego.
Hoy ese trayecto lo he hecho con mi hermano, y la conversación, que no se por donde ha empezado, ha terminado hablando de nuestro arbol genealógico, que es de lo más variopinto.
Madre gallega y padre cántabro. Pero la familia cántabra no es que sea de casta, porque mi bisabuelo era cordobes. Y la rama gallega tampoco lo es de "pura cepa", porque nuestra bisabuela era italiana y nuestra tatarabuela austriaca. Es decir que arrastro los apellidos Martinelli Witt. Y a saber que más hay por mi familia, porque es enoooorme.
Así que empezamos a reirnos pensando en que muchas de nuestras manías y gestos vienen de esa locura de genes que tenemos. Que no somos más que una estupenda mezcla de culturas, de tradiciones e historia. Y nos encanta la idea!!!
Y además de los antepasados tenemos familia instalada en medio planeta, porque la emigración dió mucho de si. Y podemos visitar primos en Valencia, Madrid, Jaen, Vitoria, Soria o Coruña si no queremos salir de España o saltando fronteras podemos ir a Francia, Brasil, Venezuela, Inglaterra, Argentina y seguro que me dejo algo.
Y ahora ya metida en la cama me da por reflexionar un poco más y me doy cuenta de que nos olvidamos muy a menudo de nuestros propios origenes y que juzgamos a los demás con demasiada ligereza.
Que memoria tan pobre que tienen algunos, o que genealogía tan aburrida.

11 noviembre, 2009

ZZZzzzzZZZZ....

Me vence el sueño.
Quiero escribir y no puedo, quiero leer y se me caen los párpados. Estoy deseando que llegue un ratito de tranquilidad.
Necesito una tarde de domingo lluviosa para no quitarme el pijama en todo el día.

09 noviembre, 2009

Hilo rojo

Llevo unos días recibiendo mensajes. Y no me refiero a sms, emails o nada por el estilo, sino más bien algo más sutil. Pequeños detalles sin importancia que hacen que me acuerde de algo.
Soy una lectora compulsiva de todo lo que cae frente a mis ojos, y ultimamente caen muchos blogs aparte de los libros. Pues no se que pasa pero más del 70% esta hablando estos días del destino. Y no son pocos los libros y blogs que leo.
El tema del destino es algo que he hablado hasta el infinito con una de mis mejores amigas. Y nunca hemos llegado a un acuerdo. Ella es de esas personas que piensa en que el destino esta fijado, que hagas lo que hagas no podrás cambiarlo. Y por supuesto que no puedes luchar contra él y que lo que te queda es asumirlo. Yo sin embargo soy de la idea de que por norma general algo habrá que se pueda hacer para cambiar un poco ese futuro que no te termina de gustar. Otra cosa es que los pasos que tu des para cambiarlo sean los adecuados y te sirvan de algo. Pero me niego a creer que no se pueda hacer nada.
Y con ese tira y afloja nos hemos pasado las noches más divertidas de sábado que recuerdo sin salir de casa. Ella con su teoría y yo con la mía. Ella intentando convencerme y yo intentando convencerla a ella.
El caso es que llevo una temporada sin hablar con ella y en los últimos días no hace más que rondarme ese tema en la cabeza porque lo veo en todos sitios. Recuerdo que una vez me recomendó un libro que me gustó mucho, quizás por la forma sencilla en la que estaba escrito y por la cercanía que sentí cuando leía algunas cosas. Pues lo he buscado y localizado las partes que en su momento me llamaron la atención, porque de repente me he dado cuenta que si que me ha pasado eso.
El libro habla de la predisposición a que te guste cierto tipo de gente, a que te enamores de algo que no ves (o si) en alguien que acabes de conocer. En reconocer "tu alma gemela" con solo una mirada. Resulta que me ha pasado, y no una, sino dos veces. En el libro decía que veías una luz especial en esa persona, en su hombro izquierdo concretamente. Y no es que sea como una bombilla, pero si algo que te atrae.
Decía que tenemos algo invisible que nos une con esa otra persona, que te hace que la ames antes de conocerla, que estaréis juntos de una manera u otra.
Yo siempre pensé que la gente entra y sale de tu vida por diferentes razones, que si están a tu lado es porque tienes algo que aprender de ellos, y que algo te aportarán aunque no te des cuenta.
Pero... ¿que pasa cuando alguien entra en tu vida repetidamente, cuando a veces está y a veces no? No sabía bien que significaba, en el caso de que eso significase algo, y en esa oleada de mensajes que me hablaban del destino muchos coincidían en hablar de una leyenda oriental. Esa leyenda dice:

"Un hilo rojo e invisible conecta a quienes están destinado a conocerse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia. El hilo se puede estirar o acortar pero nunca se romperá".

Eso me lo creo. Será porque me gusta la idea y porque ante todo soy una persona con esperanza.

06 noviembre, 2009

Como ser un explorador del mundo



Me he encontrado por estos mundos de Internet.... y me ha encantado. Yo personalmente tomo nota muy en serio. Y se de alguien que debería hacer lo mismo en su futuro viaje por el mundo... ;)

Traduzco:

Cómo ser un explorador del mundo:

1. Siempre mira a tu alrededor (sobre todo el terreno bajo tus pies).

2. Considera que todo está vivo y es animado.

3. Todo es interesante, mira más cerca y verás.

4. Cambia de curso a menudo.

5. Observa por largos periodos (y cortos también).

6. Descubre las historias que están pasando a tu alrededor.

7. Descubre patrones. Haz conexiones.

8. Documenta tus descubrimientos (Notas de campo) de tantas maneras como puedas.

9. Incorpora imprecisiones.

10. Observa movimientos.

11. Crea un dialogo personal con tu ambiente. Hablale.

12. Rastrea las cosas de vuelta a sus orígenes.

13. Utiliza todos tus sentidos en la investigación.