21 noviembre, 2009

Resaca...

Hoy estoy de resaca, y de resaca de la buena. No de esas en las que te despiertas con la cabeza dolorida, los oídos zumbando y tan solo deseas no haber salido el día anterior, si no más bien una resaca de buen rollo, de ganas de mucho más.
Anoche fui a un concierto. Un concierto de un grupo amigos mios que empieza a despuntar un poco, que llevan muchos años trabajando, y que como se arriesgan mucho, pues a veces ganan algo. Anoche disfruté muchísimo, porque me lo pasé genial escuchándoles y porque vi a un montón de gente del publico volcándose con ellos y eso es lo mejor que a ellos les puede pasar. Y disfruté porque les vi felices, porque estaban haciendo lo que de verdad les gusta y porque son momentos que estoy segura que no olvidaran. Y yo estaba allí compartiendo eso con ellos. Yo y 350 amigos más. Porque se ganaron al público y nadie salió de allí sin considerarse un poquito más amigo de ellos.
Y lo hicieron posible por eso mismo, porque estos chicos son amigos que hacen y tienen amigos de verdad, de los que te echan una mano en un momento como el de ayer, cuando la mayoría de la gente que trabajó con ellos lo hizo por ayudarles a conseguir que todo fuese perfecto. Gente que afinó guitarras, que cantó con ellos, que les ofreció mejores instrumentos, que les hizo fotos, que grabó las imagenes, que les dió apoyo cuando días antes los nervios empezaron a hacerles flaquear.
Supongo que ellos guardan en su retina al publico botando al ritmo de la música, aplaudiendo y cantando todas sus canciones, pero yo guardo en mi retina sus caras de felicidad, su sonrisa agradecida y el brillo en los ojos de los sueños cumplidos. Se abría ante ellos las puertas de una ilusión que hace realidad a pasitos pequeños pero firmes.
Y se lo merecen. Y se merecen todo lo que está por llegar que será mucho.
No es que lo diga yo, es que es un hecho.


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