12 noviembre, 2009

De pura cepa...o casi

Lo bueno de vivir a una hora en coche de la urbe es que ese tiempo es bueno para reflexionar. Pero si ese camino lo haces acompañado es mucho mejor aun, porque las conversaciones son variadas y entretenidas y dan muchisimo juego.
Hoy ese trayecto lo he hecho con mi hermano, y la conversación, que no se por donde ha empezado, ha terminado hablando de nuestro arbol genealógico, que es de lo más variopinto.
Madre gallega y padre cántabro. Pero la familia cántabra no es que sea de casta, porque mi bisabuelo era cordobes. Y la rama gallega tampoco lo es de "pura cepa", porque nuestra bisabuela era italiana y nuestra tatarabuela austriaca. Es decir que arrastro los apellidos Martinelli Witt. Y a saber que más hay por mi familia, porque es enoooorme.
Así que empezamos a reirnos pensando en que muchas de nuestras manías y gestos vienen de esa locura de genes que tenemos. Que no somos más que una estupenda mezcla de culturas, de tradiciones e historia. Y nos encanta la idea!!!
Y además de los antepasados tenemos familia instalada en medio planeta, porque la emigración dió mucho de si. Y podemos visitar primos en Valencia, Madrid, Jaen, Vitoria, Soria o Coruña si no queremos salir de España o saltando fronteras podemos ir a Francia, Brasil, Venezuela, Inglaterra, Argentina y seguro que me dejo algo.
Y ahora ya metida en la cama me da por reflexionar un poco más y me doy cuenta de que nos olvidamos muy a menudo de nuestros propios origenes y que juzgamos a los demás con demasiada ligereza.
Que memoria tan pobre que tienen algunos, o que genealogía tan aburrida.

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