28 junio, 2010

Recuerdos

Me parece que lo más valioso que puede tener una persona son sus recuerdos. Las cosas materiales van y vienen, y a la larga realmente tampoco son tan importantes.
Los recuerdos te pueden traer una sonrisa a la cara cuando te recreas en ellos, sobre todo si son buenos. Te llevan de vuelta a sitios y momentos especiales, y te hacen acordar de que son esos instantes donde reside la verdadera felicidad.
Una vez una persona que conocí me dijo que recordar era la mayor pérdida de tiempo que existía, porque mientras recuerdas te olvidas de vivir el presente. Aquello me hizo darle vueltas y vueltas a la cabeza durante mucho tiempo, porque algo de razón si que hay en esas palabras.
Yo tiendo a distraerme recordando las cosas buenas, sobre todo si ya no pasan, y me da miedo estar perdiéndome algo mientras tanto. No es que yo también crea que es una perdida de tiempo, pero reconozco que a veces no es algo demasiado positivo.
Hoy ha sido un día de recordar, de recordar mucho, y no ha sido en buen día. No se si es que al recordar me he dado cuenta de lo miserable que soy ahora y lo estúpida que fui por no darme cuenta de lo afortunada que era hace un tiempo.
El día no empezó mal, pero algo vino a mi cabeza de repente y todo cambió. No se si empecé por pensar en mi presente y me refugié en el pasado o si fue al revés. El caso es que he recreado todo un día en mi mente, hora por hora, suspirando cuando pensaba que en ese instante era feliz.
Creo que ha sido un error hacerlo, porque ahora estoy demasiado triste como para alegrarme por algo que ya pertenece al pasado. Pero por otro lado mientras lo hacía no era muy consciente de que eso pasaría.
De todas maneras no me compensa demasiado. Sigo valorando esos recuerdos como lo más importante de mi vida, pero no me hace ningún bien refugiarme en ellos como vía de escape.
Me he perdido todo el día de hoy, y eso no tiene vuelta atrás, ni me va a generar recuerdos en el futuro.
Definitivamente no me compensa.

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