19 agosto, 2009

abejas vs avispas

Lo de que la naturaleza es sabia es algo demasiado evidente. Pero es algo que no todos recordamos.
Esto viene a raíz de algo que nos tiene a toda la familia asombrada. Mi hermano tiene un par de colmenas de rica miel, heredadas de mi tío que ya está muy mayor para esos menesteres. La verdad es que decir que son las colmenas de mi hermano es decir demasiado, porque más bien son protegidas por él, y las abejas viven a su ritmo sin apenas intervención humana. Como mucho evitamos que entren hormigas o gusanos entre sus paredes y ellas están a su aire. A cambio nos quedamos algo de esa miel tal rica que ellas preparan tan afanosamente.
El caso es que una de las múltiples amenazas que tiene una colmena es una invasión de avispas. Y las avispas son jodidas jodidas porque la lucha es desigual y por norma general ganan ellas. Mi hermano al dejar al mínimo el cuidado de las colmenas no se dio cuenta hasta unos días después que un avispero se había formado justo debajo de las colmenas y que amenazaba con un ataque inminente. Intentamos alejar a las avispas y ofrecerles una nueva ubicación, pero las jodias no solo no se fueron si no que empezaron la invasión de la colmena.
En vista que poco se podía hacer en contra de algo tan natural como es eso y viendo que las abejas abandonaban sus colmenas y la miel que ya tenían fabricada, tan solo pudimos dejar que todo siguiese su curso natural y hacer un intento por recuperar el máximo de miel posible una vez la batalla acabó.
Y así quedo la cosa, las colmenas llenas de abejitas muertas, y las colmenas arrasadas y con muy poca miel por recoger. Todos nos quedamos bastante tristes y no precisamente por la miel, si no por la ilusión con la que mi hermano había intentado sacar adelante la colmena a pesar de su inexperiencia. Entre todos le animamos a que el próximo año intentase de nuevo crear una colmena y probar suerte otra vez.
Pero la sorpresa ha llegado esta semana. Mi hermano se ha acercado a las colmenas para limpiarlas y guardar todas las cosas y se ha fijado que había abejas merodeando. Y al abrir la tapa ha visto que se estaba formando una nueva colmena con montones de abejas nuevas. Ellas solas se han instalado allí, sin intervención humana y están trabajando con mucha mas intensidad que antes. Mi hermano no sale de su asombro. Ha dicho que este año no quiere nada de miel, porque esas pequeñas abejas se la merecen para poder crecer.
A mi me parece increíble ver como se equilibra todo. Las avispas ganaron la batalla con unas abejas, pero otras nuevas llegan para seguir con su trabajo.
Y mi hermano esta ilusionado otra vez porque les queda mucho trabajo por delante a todos.

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