06 julio, 2009

Viajar...contigo

Si hay algo que me gusta de viajar es cuando conoces, por una casualidad y sin buscarlos, sitios que no esperas. Sitios especiales que no vienen en guías de viaje ni en los panfletos de las oficinas de turismo. Sitios que descubres por intuición, porque algo te dice que te va a gustar lo que hay más adelante de tus pies.
Puede ser que hayas leído un libro que estaba ambientado en esa ciudad y que al ver las calles sobre las que una vez leíste te sientas en medio de aquellos sitios y te dejes llevar. Y ver que las calles que se describían existen en realidad y que todo es como lo imaginabas... las paredes, los colores, los olores, los sonidos. Mirar a tu alrededor y sentir que ese sitio es especial, pero especial para ti.
Y ese algo en tu interior te impulsa a girar a derecha o izquierda, en cualquier cruce, sin plantearte si ese es el camino al que te dirigías. No te importa, porque estas viviendo tu propia ruta, descubriendo tus caminos en esa ciudad. Y te sorprende una fachada, una puerta, un gato negro que en medio de la calle se para y te mira.
Todo es inesperado y mágico, y exactamente por eso es especial, porque nadie podría revivir esos sentimientos que tu estás viviendo en ese momento. Ni tan siquiera tu mismo podrás volver a sentirlos, al menos no en el mismo sitio.
Pero ya conoces lo que se siente cuando eso pasa, y te apetece que alguien que es especial para ti viva algo así contigo. Y esperas que llegue el día en que puedas volver con esa persona y le acerques a un sitio especial para que se deje llevar... y tu mientras le miras a la cara y te reconoces a ti mismo en su expresión y ves en sus ojos la magia que debían tener los tuyos un día como hoy.
Solo por eso me apetece viajar contigo.... porque estoy deseando ver esa magia en tus ojos.

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