09 septiembre, 2009

Mis pendientes

Hoy uno de mis alumnos me ha dicho que he perdido un pendiente. Hacia siglos que nadie me lo decía.
Es que lo mio es un caso raro, porque no los pierdo, directamente parece que lo pierdo porque solo llevo uno. Si, si, solo llevo uno. Concretamente el derecho aunque esto es algo que fue al azar.
A mi al nacer no me hicieron los correspondientes agujeros en las orejas que les hacen a todas las niñas con escasos días de vida. Mi madre tiene la culpa de eso, y se lo agradezco.
Ella consideró repetir lo que habían hecho también con ella, que tampoco lleva pendientes, porque a fin de cuentas es lo mas respetuoso. Mi abuelo al nacer mi madre se negó en rotundo a hacerle pasar a la niña por ese dolor, porque "yo soy su padre, no su dueño, y las orejas son suyas". Y mi madre nunca quiso hacerse los agujeros. Al nacer yo la historia se repitió. Mis padres son mis padres, pero mi cuerpo es mio. Y siempre me lo han hecho saber así, y por supuesto añadiendo que lo que le haga a mi cuerpo lo sufriré yo y solo yo.
Así que no me pusieron pendientes a pesar de que media familia me regalo pendientes hasta mi comunión, a ver si yo con la edad hacia lo que todas las otras niñas. Pero nunca quise, o mejor dicho, nunca me llamó tanto la atención como para pasar por ese incordio. Porque sé que no es un dolor tan horroroso, tan solo algo molesto.
Nunca jamas mis padres me han impedido hacer nada, así que siempre tuve claro que si un día me apetecía ponerlos podría hacerlo. Y cuando cumplí los 18 me apeteció.
Por aquel tiempo mi hermano decidió ponerse un pendiente (con 13 años) y yo, que fui con él, me dije: pues tu uno y yo otro. Y así fue. Un pendiente, solo uno.
Y me gusta llevar solo uno. Eso si, la gente piensa siempre que has perdido el otro. Y me hace gracia, porque por norma general si pierdo un pendiente siempre puedo seguir poniéndome su pareja, que total está sin estrenar.
Y con los años me puse un piercing en el ombligo, para compensar, pero solo uno. Y puede que pronto me ponga un tatuaje, pero solo uno.
Y mis padres no dicen nada. Porque me respetan, porque aceptan mis gustos, porque ellos me dieron una educación que me enseñó el respeto por los demás y sobre todo por uno mismo. E incluso hacen chistes con mi pendiente y mi piercing, por que no?
Me siento orgullosa de que mis padres me educaron sabiendo que soy su hija, su responsabilidad, pero no su propiedad. Que sepan que nunca he hecho ni haré tonterías con mi cuerpo, porque saben que soy consciente que esa propiedad es mía, la única que tengo y que tendré.
Y si algún día tengo una hija tampoco le pondré pendientes. Que se los ponga ella si quiere, que no quiero que diga que le queda mal si cambian las modas, que cambiarán.
Ah! y por si alguien se lo pregunta...cuando quiero usar los dos pendientes cambio el gancho de uno de ellos y le pongo uno de clip, que funcionan lo mismo y no tengo por que llevar una cicatriz en la otra oreja.

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