30 septiembre, 2009

Heroes

Hace un año más o menos hice un curso de Galego, lengua que hablo desde niña pero de la que no podía demostrar su dominio por no tener un titulo homologado. Cosas que nacer en otra comunidad que no sea Galicia.
La verdad es que resultó muy divertido a pesar de lo pesado que resultan las clases de gramática y tener que aprender un montón de reglas de lenguaje y escritura. Pero era entretenido porque lo que más hacíamos era hablar y eso es lo que más hace que te quedes con las bases de un idioma.
Un día hablamos de cuales eran nuestros héroes personales. Personas a las que admirásemos por la razón que fuese. Cada uno nombraba a tres y contaba algo de ellos de manera concisa. Yo nombre a mis tres héroes. Uno es Vicente Ferrer, otro es mi abuelo y por ultimo, mas que una persona en concreto es un tipo de persona, los que luchan por sobrevivir día a día en condiciones adversas.
Los dos primeros resultaron obvios para casi todo el mundo, pero todos se sorprendieron con el último, así que me tocó exponer las razones de esa elección de una manera más detallada.
Los luchadores simplemente son los que se enfrentan con valentía a las adversidades de la vida. Entre los ejemplos que suelo poner hay dos: los inmigrantes que abandonan su país, dejando atrás a familia, amigos y la vida que conocen por buscar un trabajo mejor y un futuro para sus familias en un país del que apenas conocen algunas cosas. Me parece gente admirable. Son valientes y muy luchadores.
No me he encontrado nunca en ese tipo de situación y por lo tanto no tengo ni idea de lo que es estar lejos de todo lo que conoces y quieres, pero me imagino que debe ser muy duro, durísimo.
El otro ejemplo tiene nombre, se llama Gene, es amigo de mi familia y es el más claro ejemplo de lo que es luchar, mejor dicho LUCHAR.
Gene formó parte de lo que en Galicia llaman la generación perdida, esa generación que se topó de bruces con las drogas sin saber que esa "diversión" consumiría sus vidas hasta acabar con ellas. Gene, en medio de esa locura, conoció a la mujer de su vida y se convirtió en padre de una niña. Y su visión del mundo cambió por completo.
Pero estaba metido en un infierno del que no sería nada fácil salir. Y con mucho esfuerzo y mucha paciencia por su parte y por parte de su pareja salio de allí. Ya no tenía trabajo porque lo perdió por culpa de su mala vida, así que una vez la dejó atrás monto un pequeño negocio. Una tienda de comestibles en un pequeño pueblo, donde todos sabían de su pasado y pocos le dieron un voto de confianza. Pero él siguió adelante y demostró al mundo entero que nada podría pararle ahora.
Su hija y su mujer eran ahora su única droga y empezó a disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Decía que ahora estaba en sintonía con la Tierra.
Hace dos años le detectaron un tumor maligno e inoperable en el hígado. Pero eso tampoco le echo atrás. Lucho y lucho con todos sus medios, probó tratamientos experimentales, y solo él sabe lo que ha sufrido con todo eso.
Pero no siempre los que luchan ganan. Esta madrugada ha perdido definitivamente la batalla. Ya no me quedan héroes vivos.
Ahora solo quiero recordar una imagen de él. De cuando yo tendría unos 11 años y fuimos de excursión por el monte, y él fue el que tiro de todos los niños cuando no podíamos saltar un pequeño obstáculo. Me acuerdo de sus ojos llenos de vida ofreciéndome una mano para que siguiese. Para que luchase.
Porque la lucha es más valiosa cuanto más te has equivocado e intentas arreglar esos errores.

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